STONED JESUS EN CHILE: EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA
El regreso de Stoned Jesus a Latinoamérica en 2025 confirmó lo que muchos sospechaban: su conexión con el público chileno sigue siendo una de las más intensas del circuito. Con un show de alto voltaje, la banda ucraniana ofreció una noche que mezcló trance sonoro, crudeza sabbática y una comunión emocional que pocos grupos logran mantener tras años de carretera. Desde el primer riff, el ambiente en el recinto se transformó en una masa hipnótica que vibró con cada acorde.
El sonido stoner uptempo de los europeos sonó con más fuerza que nunca, arrastrando influencias del doom y el drone metal hacia una experiencia colectiva y visceral. Los ritmos hipnóticos propios de su escuela ucraniana se combinaron con un público chileno que respondió con headbanging, circle pits y una energía desbordante. Era evidente que la banda y los fans se retroalimentaban, en una especie de mantra eléctrico que crecía con cada tema.
La selección de las 10 canciones abarcó tanto lo antiguo como lo reciente, demostrando que Stoned Jesus tiene de lo que le pidas. Clásicos como ‘I’m the Mountain’ y ‘Here Come the Robots’ convivieron con nuevas composiciones que reflejan una madurez musical más introspectiva, pero igual de poderosa. Cada transición fue recibida con ovaciones que no cesaron ni un segundo, reafirmando el cariño de los fans más die hard.
Uno de los momentos más memorables de la noche fue el encore, donde la banda sorprendió con versiones de ‘Crazy Train’ y ‘Seven Nation Army’, entre risas, improvisación y un espíritu de camaradería que traspasó el escenario. En ese cierre catártico, la energía del público chileno alcanzó su punto máximo, convirtiendo la jornada en un auténtico ritual de rock pesado. Fue un bouquet aromático y sonor del espíritu santo en forma de distorsión y groove.
Más allá de la potencia musical, el show tuvo un trasfondo solidario. La banda invitó al público a realizar donaciones directas a Ucrania, reforzando su mensaje de resistencia y unión en medio de la adversidad. Este gesto, recibido con aplausos sinceros, agregó una dimensión humana a un espectáculo ya cargado de emoción.
Con una producción debut impecable a cargo de Monkey, luces precisas y un sonido que hizo justicia al peso sónico del trío, Stoned Jesus demostró que sus conciertos no necesitan grandilocuencia para ser inolvidables. Los shows son cada vez más íntimos, pero también más intensos. Y si algo quedó claro tras esta noche, es que Chile sigue siendo un hogar espiritual para su música.
Photos by Sebastian “Manson” Jimenez
Review by Juan Guillermo “Billy” Carrasco
Produced by Monkey Chile